Una mirada retrospectiva de 150 años

El 2021 fue un año muy especial para nosotros. Celebramos nuestro aniversario y pasamos revista con gran satisfacción a 150 años de historia. Años intensos y agitados en que hemos evolucionado desde nuestros comienzos como fabricante tradicional de estuches de joyería hasta convertirnos en un proveedor internacional de embalajes para el sector del lujo y lifestyle. Hoy por hoy, nuestros innovadores productos los llevamos desde Lahr en la Selva Negra a todo el mundo. Nuestra historia está marcada por grandes éxitos y unos desafíos también comparables. Ambas magnitudes han hecho de nosotros lo que ahora somos y esto es algo de lo que estamos tanto agradecidos como orgullosos.
En estos 150 años ha habido muchos cambios, pero hay algo que ha permanecido invariable: En Dahlinger, el cliente, con su producto absolutamente individual, siempre ocupa el centro de nuestra atención. Por eso, aprovechamos la ocasión para expresar nuestras más sinceras gracias a todos los que han hecho este camino con nosotros, por su confianza y colaboración tan fructífera.

Entrevista con Bernd Dahlinger

Nuestro director gerente de una empresa familiar de 150 años de existencia

Para usted personalmente, ¿qué significado tiene el 150 aniversario de nuestra empresa?

El aniversario de nuestra compañía está vinculado, para mí, en primera línea, con la gratitud. Estoy lleno de agradecimiento hacia nuestros clientes, empleados, proveedores de materiales y de servicios que, durante cinco generaciones, han hecho posible que nuestra empresa esté ahora en disposición de celebrar un aniversario así.
Siento además un justo orgullo de que las cinco generaciones de Dahlingers hayan logrado pilotar la empresa con timón seguro en aguas agitadas y en condiciones adversas en ocasiones. Entre estas se cuentan la Primera Guerra Mundial, la Crisis económica mundial, la Segunda Guerra Mundial, pero también y a otra escala, la completa reestructuración de nuestra empresa cuando dejamos de producir en la sede de Lahr y desarrollamos nuevos campos de negocio.

¿Cuál fue el consejo más importante que le han dado en su vida y quién se lo dio?

El éxito es, en un 80 %, el resultado de una excelente preparación. Esta frase la escuché hace muchos años en una conversación con un asesor de empresas que, en el seno del comité, nos acompañó en la transformación de nuestra empresa durante los años 2002 a 2009. La afirmación que contiene se aplica hoy como entonces...

Se le considera un hombre de familia. Para usted, ¿el grupo corporativo de Dahlinger es una extensión de la propia familia?

Yo, personalmente, tengo la suerte de tener cuatro descendientes. La familia Dahlinger es mucho, mucho más amplia. Me fascina intentar transponer las reglas del trato mutuo en una unidad familiar a la familia Dahlinger y viceversa.

¿Cómo funciona eso en la práctica?

No siempre funciona ni tampoco es siempre lo más conveniente, pero siempre se producen situaciones paralelas en las dos familias, como fricciones cotidianas, alegrías por lo logrado en común, la superación de experiencias negativas, así como desacuerdos controvertidos y de cuando en cuando, disputas. En caso de este último evento, se necesita capacidad de liderazgo con una buena dosis de habilidades sociales.

¿Cuáles son los principales valores que han moldeado a Dahlinger en estos 150 años?

Fiabilidad, disciplina, respecto, honestidad, tolerancia, equidad, dedicación, entusiasmo, modestia y gratitud

En la actualidad, ¿hasta qué punto es importante para Dahlinger el mercado alemán? y ¿qué importancia le estima en el futuro? ¿Qué mercados extranjeros considera especialmente importantes y atractivos?

Nuestro principal mercado es, hoy por hoy, el alemán. Aquí ocupamos una excelente posición. Este mercado seguirá conservando su elevada importancia, en cifras absolutas, en el futuro. Pero el mayor potencial se encuentra, sin duda, en el extranjero. Ya hoy exportamos casi el 80% de nuestros productos a otros países.

En Dahlinger, el tema de la sostenibilidad ocupa actualmente un lugar preeminente, sobre todo en su dimensión ecológica. ¿Por qué es tan importante esta cuestión?

La sostenibilidad ha ido ganando importancia en los últimos años. Pero para nosotros, el desarrollo sostenible ya lleva siendo un tema central desde hace mucho tiempo y lo hemos abordado en profundidad. Partimos del planteamiento básico y lógico de contribuir también en lo posible al uso cuidadoso de los recursos naturales. Hasta hoy hemos adoptado numerosas medidas y tenemos otras en curso con vistas a llevar a la práctica este objetivo fundamental. Estas acciones no solo afectan a nuestra gama de productos, sino que engloban también a toda la cadena de suministro y a nuestras sedes. Nuestros socios comerciales comparten, en creciente medida, nuestras creencias, así que nos encontramos inmersos en un universo de concepciones y exigencias análogos que nos impulsan hacia las metas marcadas, en colaboración con nuestros socios y en el marco de proyectos comunes.

Enfoquemos la mirada hacia el futuro: ¿Qué es lo que tiene que pasar para que la empresa perdure con éxito otros 150 años o incluso más?

Esta es una pregunta muy interesante que voy a intentar explicar con la máxima sencillez. Esta perdurabilidad es, desde mi punto de vista, totalmente factible si las siguientes generaciones de trabajadores y directivos siguen observando una estrategia empresarial que aúna el reconocimiento de los valores tradicionales, la renuncia a los campos de negocio sin futuro y el enfoque en la innovación y en los mercados con potencial de futuro. Sin olvidar en todo ello la pasión por lo que se hace y el respeto en el trato con los demás.

Para usted personalmente, ¿cuáles fueron los eventos más destacados de los últimos años?

La transformación exitosa de nuestra empresa en la época en que cesamos la producción en el año 2002 y la evolución para convertirnos en un importante proveedor de estuches, displays y decoraciones para los sectores del lujo y los artículos de estilo de vida.

En las siguientes generaciones, ¿Dahlinger va a seguir siendo una empresa dirigida por la familia?

Como el optimista que soy, mi respuesta a esa pregunta es claramente afirmativa. Pero esto requiere, en cada generación, formar una cúpula de mando que incorpore las experiencias, habilidades y valores que ya he expuesto al responder la antepenúltima pregunta. Se trata, por lo tanto, de una enorme exigencia a la que hay que estar a la altura.